La introducción del Credo, un vistazo anticipado de nuestros tiempos

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Era el año 1998 y había terminado de enviar las primeras canciones al músico y arreglista Kiki Troia para mi album Amor de los Amores. Entre dichas canciones estaba el Credo en su versión huayno, sin la introducción con la cual se conoce dicho tema actualmente. ¿Cómo nace esta introducción adicionada posteriormente? Fue en una experiencia mística vivida en el Jardín del Cajas en Ecuador y cuyos detalles ya los he contado en una bitácora anterior.

La introducción del Credo

Fueron apenas unos pocos segundos de “baño de sol” que vivimos las siete personas que estábamos ahí. Hasta hoy me sorprende la cantidad de información que recibí en aquel breve momento. Un aviso para un amigo sobre una situación de peligro, un pedido para cambiar la letra de una canción, etc.

Lo más fuerte de ese momento fue el “dictado” de esta letra y la necesidad imperiosa de incluirla en la canción “Credo”. En el vuelo de regreso a Lima vine escribiendo en hojas sueltas las ideas centrales que recibí de dicho texto. Repetía mentalmente la melodía para no olvidarla. Cuando llegué a Lima, mi esposa cuenta que le sorprendía lo absorto que estaba escribiendo la letra. Grababa como podía la melodía en nuestra incipiente computadora casera

Ahora mas que nunca

“Ahora más que nunca y contra la opinión de tantos, entre voces de ultratumba y sus acordes camuflados, poemas y lisuras siempre oscuro y nunca claro, los expertos de la duda y los que dudan por encargo…”

Revisando el texto, yo mismo me sorprendo de los versos y las metáforas utilizadas. Es como si Dios en su misericordia haya querido anticiparme de lo que pasaría en los años siguientes. Sobre todo, anticiparme en la necesidad de afirmar la fe frente a este tiempo de apostasía. Hay alusiones a los fetos asesinados a través del aborto. Más adelante, hablo de la legitimación de conductas “contra natura” lo cual parecía exagerado 18 años atrás. Las voces de ultratumba entre acordes camuflados si eran tema de discusión por esos años. Esto a raíz de la aparición de canciones cada vez más explícitas en temática maligna.

Los poemas y lisuras, siempre oscuro y nunca claro, tienen que ver con la moda literaria de evitar transmitir valores. Esta moda se limita a describir la realidad sin decir que es bueno o malo. Los expertos de la duda o los que dudan por encargo parecen ser una descripción de los “códigos Da Vincis” y demás especulaciones baratas difundidas por los medios.

Genios que aseguran que ya nada es pecado

“Ahora más que nunca y aunque te parezca extraño, entre genios que aseguran que ahora ya nada es pecado, los oleos contra natura y el abuso de lo abstracto… Entre algunos que disfrutan de las leyes del mercado… “

La nueva era, retratada entre horóscopos y brujas, estaba comenzando a discutirse como un verdadero peligro para la fe. Todavía era un tema aislado de la ideología de género. La expresión entre genios que aseguran que ahora ya nada es pecado resultó ser una buena descripción del real objetivo de esta ideología. El objetivo es el de querer acabar con los conceptos del bien y del mal. La doctrina social no podía estar ausente a través de la alusión de la deuda externa. También las “leyes del mercado” que solo benefician a unos cuantos.

Entre Herodes y Pilatos

“Ahora más que nunca y con los dientes apretados, entre horóscopos y brujas y un racismo solapado, entre Anás, Caifás y Judas, entre Herodes y Pilatos…”

Lo que más me sorprendió fue la descripción de una Iglesia que se había llenado de personajes como: Anás y Caifás (fariseos arrogantes), Judas (traidores infiltrados) Herodes (¿pederastas, abortistas?) y Pilatos (indiferentes). En medio de una Iglesia infiltrada de estos personajes había que reafirmar “a gritos” nuestro Credo. Reafirmarlo, como quien se juega la libertad o la vida en ello. La canción termina con la expresión “ahora más que nunca” resaltando los tiempos decisivos y definitivos que vivimos.

Cabe aclarar que lo más importante será siempre el Credo en sí mismo. Esto último más allá de la anticipada descripción de una realidad que estamos viviendo en toda su intensidad. El Credo, más que una oración, (no está dirigida a Dios) es una proclamación dirigida al mundo de nuestra fe. Es una proclamación que ahora más que nunca debemos vivir y gritar.

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