El Papa Francisco nos viene pidiendo desde la última Jornada Mundial de la Juventud “hacer lío” en las Diócesis y “salir” de nosotros mismos. Estos pedidos implican un cambio en nuestros servicios pastorales. En el caso de la evangelización a través de la música, la organización de eventos y los medios de comunicación católicos, lo primero que se me viene a la mente es que resulta imposible “hacer lío” sin “meterse en líos”. El cambiar rutinas, renovar programaciones, gestionar permisos, conseguir patrocinios, difundir la publicidad, asumir presupuestos, etc. ineludiblemente conlleva varias “jaquecas” e incluso “migrañas” pero lo importante es el buen resultado evangelizador que se pueda conseguir.
En cuanto a “salir de nosotros mismos”, se trata del mismo pedido que el propio Jesús nos dejó desde su ascensión: “Vayan y anuncien la buena nueva a todas las naciones” (Marcos 16, 15). En lugar de utilizar las instalaciones del templo o el salón parroquial de siempre, habrá que llevar los eventos al coliseo municipal de la ciudad, o al gimnasio del colegio adjunto, aunque ello implique alquileres, impuestos, permisos, sonido y luces más grandes, etc. A los músicos nos toca propiciar conciertos y recitales (subvencionados o gratuitos) en colegios, universidades, centros de trabajo, cárceles, hospitales y demás ámbitos no necesariamente religiosos, aunque no siempre tengamos las condiciones técnicas y logísticas “ideales”. Nos toca producir videoclips y lyric videos con nuestras canciones y colgarlas en el youtube, a sabiendas que no podremos vender estos trabajos y por lo tanto no vamos a recuperar esa inversión, pero valiéndonos de las redes sociales podremos llegar a un público nuevo que nunca se acercaría a nuestros templos o salones parroquiales a escucharnos. No vamos a lograr “hacer lío” si seguimos cantando solo entre nosotros (los ya evangelizados) en los lugares de siempre.
Respetuosamente también me dirijo a los medios de comunicación católicos (sobre todo de América del Sur). Algunos cambios habrá que hacer en vuestras programaciones para llegar a un público más vasto, ¿no es cierto? Esto traerá riesgos, desvelos, preocupaciones y sacrificios adicionales a los acostumbrados, pero recibiremos el consuelo de las almas que serán evangelizadas y por las cuales vale la pena todo esfuerzo (2 Timoteo 2, 10). ¡Hagamos lío zanahorias!, asumiendo todo lo que ello significa.