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Imaginemos que los conductores de autos del mundo se ponen de acuerdo para exigir la eliminación de los semáforos. Todo en aras de un futuro mejor, ya que son un “atentado” contra su libertad de manejar. El hecho de tener que detenerse en cada esquina “atenta” contra el motor de los vehículos e implica un nivel de desconfianza hacia los conductores. Según ellos, las autoridades deben eliminar los semáforos como señal de confianza en su “madurez” para manejar sin necesidad de señales. Ellos aseguran que la humanidad ya está “preparada” para el cambio social y cultural que implica eliminar los semáforos, que solo quitan libertad y originan innecesarios retrasos.
Imaginemos por un instante que los gobiernos del mundo acceden a esto. ¿Cuál sería el resultado? ¿Un tránsito más ordenado y seguro? ¿Un ejercicio de “libertad” más equitativo? ¿Una sociedad más “civilizada”? Desde mi punto de vista los resultados serían totalmente contraproducentes. Habría caos, múltiples accidentes, molestia generalizada, etc. Bastaría unos minutos sin semáforos para darnos cuenta que estos no nos quitan libertad. Por el contrario, nos permiten ejercerla de una mejor manera.
Una metáfora de nuestros tiempos
Esta situación es una metáfora de lo que está pasando hoy. Hay diversos colectivos vinculados ideológicamente (aborto, LGTBI, feminismo extremo, etc.) que están pidiendo la eliminación de los semáforos “morales”. Según ellos, un mundo sin normas morales será un mundo mejor y más justo. Para ellos “el ejercicio del libre albedrío debería ser total, siempre que estas conductas no sean delictivas ni enfermedades mentales.”
Lo curioso es que desde la organización mundial de la salud se están des-clasificando varias conductas que antes se consideraban patológicas. También desde el poder político (cada vez más dominado por esta ideología) se están des-penalizando varias conductas que antes se consideraban delitos. ¿La humanidad está lista para alcanzar la felicidad sin normas morales? ¿Alguna vez lo estará?
Semáforos para un futuro mejor
Algunos cristianos entusiastas (quiero pensar así) creen que esta ideología de género coincide en el “fondo” con el mensaje de Jesús del amor por encima de la Ley. Según ellos, hay que volver al mensaje “original” de Jesús y ser “libres” desde el amor, sin prohibiciones ni falsos “moralismos”. Prohibiciones que habrían sido (según ellos) “inventos” de San Pablo y otros discípulos influenciados por el pensamiento griego. ¿Y no fue Jesús quién le dijo al joven rico que para salvarse había que cumplir los mandamientos? (Mateo 19, 17 – 19). ¿Acaso San Pablo y los Padres de la Iglesia fueron arribistas que jamás estuvieron asistidos por el Espíritu Santo?
En mi humilde opinión, la humanidad no ha estado y no estará nunca preparada en este mundo para vivir sin semáforos “morales”, sin un mínimo orden natural establecido no por ella sino por su creador. Aunque logre progresos tecnológicos significativos y criterios humanistas respetables, siempre estará sedienta de “algo” que le dé sentido y trascendencia a su existencia. Tampoco creo en un Dios que mezcle en un solo concepto al amor con el caos y el descontrol. En el cielo no habrá necesidad de semáforos de ningún tipo, pero aquí…nos hacen mucha falta sin duda alguna.
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