Thanos y la otra guerra del infinito

[vc_row][vc_column][ultimate_heading source=”post_title” alignment=”left” main_heading_font_family=”font_family:Montserrat|font_call:Montserrat|variant:700″ main_heading_style=”font-weight:700;” main_heading_font_size=”desktop:40px;” margin_design_tab_text=””][/ultimate_heading][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Thanos, un villano popular

Con el reciente estreno de la película “Avengers, infinity war” y la súbita popularidad del villano de la película llamado Thanos, surgen varios temas interesantes para analizar. Lo primero que hay que aclarar es que Thanos es el más poderoso oponente de Los Vengadores. El sostiene la tesis de que la única manera de salvar al universo es destruyendo al 50% del mismo. También sostiene que el excesivo crecimiento demográfico no permite alcanzar el equilibrio y la felicidad deseados. Para ello busca conseguir las 6 gemas del infinito, reuniéndolas en un poderoso guante para que con un chasquido de dedos se pueda realizar esta “depuración”.

Aviso: A partir de aquí SPOILERS de Infinity War

A partir de aquí Spoilers de Infinity War

Las escenas finales viendo a la mitad de los vengadores (y del universo) desintegrados es particularmente dramática. La última escena muestra a Thanos sentado viendo su “obra” con satisfacción. Sin embargo, no se muestra un mundo destruido o en ruinas, sino un horizonte hermoso, lleno de verde y de equilibrio.

 

Depurando al estilo Thanos

En la vida real, esta “depuración” está en plena marcha. Al estilo Thanos, los activistas del aborto y la eutanasia proponen esta re-ingeniería social bajo el sofisma de que “somos demasiados”. Según ellos, es por ello que las riquezas del mundo no alcanzan. Pero no se trata solamente del aborto y la eutanasia, sino de toda una cultura que el Papa Francisco ha bautizado como la “cultura del descarte” (Encíclica Laudato Si). Esta obsesión de producir objetos descartables o con obsolescencia calculada, está trasladándose a los seres humanos y nos está deshumanizando. No solo se desechan bebés (aborto), ancianos y enfermos terminales (eutanasia) sino que pueblos enteros son desechados ante la voracidad de empresas mineras extractoras que contaminan su hábitat natural.

 

Desmaleficando lo maligno

Por otro lado el colega músico católico Felipe Gómez, comenta de manera muy aguda la fascinación que muchos niños tienen ahora con los villanos de algunas películas y especialmente con Thanos.

“No solo en tiendas de cadena, sino incluso en reconocidas páginas de internet, conseguir juguetes de este malvado personaje es toda una proeza. Los niños quieren disfrazarse del malo, tener su guante, conseguir su máscara, los cómics, etc. ¿Porque hoy los malos le están cayendo tan bien a nuestros niños?” (fuente: Facebook) 

En los últimos tiempos varias películas parecieran tener la misión de “desmaleficar” lo maligno. “Maléfica” con sentimientos maternales, “Drácula” con responsabilidad familiar, “ángeles caídos” ayudando a Noé, “Hellboy” como un demonio “héroe”. Ahora se les suma Thanos, como un padre tierno con su hija adoptiva Gamora. ¿Mensaje final? En todo hay bondad y maldad, hay heroicidad y villanía. El bien y el mal son relativos. No hay ningún bien total (Dios) ni ningún mal personificado (Diablo).

 

La otra guerra del infinito

La “guerra del infinito” es solo una entretenida película que seguramente tendrá un final feliz, aunque con soluciones tan mágicas como imposibles en la realidad. Sin embargo, aquí y ahora hay otra guerra en la cual si nos estamos jugando lo realmente infinito (la vida eterna). Esta guerra la estamos librando contra un enemigo ya derrotado, pero aún poderoso y peligroso. Es llamado el “Príncipe del mundo” por el propio Jesús – Juan 16, 11.  El diablo existe, pero felizmente el Espíritu Santo es “infinitamente” más poderoso.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]