Díganme si estas situaciones no les resultan familiares:
- Algunos activistas pro-aborto, reconocen que sería preferible que las mujeres no “tuviesen” que abortar, pero “lamentablemente” se trata de un “mal ya instalado” (siempre habrán mujeres que aborten) por lo que resulta inútil luchar contra ello. El camino entonces sería (según ellos) ya no llamarlo un “mal” sino cambiar el concepto, aceptándolo como una “realidad” inevitable.
- Algo sospechosamente similar sucede con quienes quieren legalizar las drogas. Ojala nunca se hubiesen inventado o descubierto las drogas, pero son una “realidad” inevitable (siempre habrán chicos que se droguen) y por lo tanto es inútil prohibirlas y combatirlas. Mejor sería legalizarlas y persuadir a la gente para que no las consuma mediante campañas financiadas con los impuestos que la venta legal de droga genere. Como si un chico narcodependiente pudiera dejar de consumir de golpe con solo publicidad persuasiva.
- Similares argumentos se escuchan para otras realidades no deseables (ludopatía, eutanasia, pornografía, piratería, etc.). “Ojalá no existieran, pero existen” y por lo tanto hay que aprender a “convivir” con ellas, quitándoles la etiqueta de “inmorales” o “negativas”.
Hay una fuerte corriente de pensamiento en el mundo y que incluso ha invadido vastos sectores de la propia Iglesia y que yo he denominado la “teoría del pecado como un mal inevitable”. Ello nos invita a dejar de luchar contra el mal y aceptar determinadas situaciones negativas. Sin embargo, ¿qué actitud debe tener un cristiano frente al mal, desde la Palabra de Dios? Las siguientes citas bíblicas pueden ser esclarecedoras: “…su enemigo el demonio ronda como un león rugiente buscando a quien devorar. RESÍSTANLO firmes en la fe…” (1 Pedro 5, 8- 9); “…no participen en las obras estériles de las tinieblas, al contrario PÓNGANLAS EN EVIDENCIA” (Efesios 5, 8 – 11); “…No te dejes vencer por el mal, por el contrario, VENCE al mal haciendo el bien” (Romanos 12, 21)
De los textos citados de la Palabra de Dios, me parece evidente que ella nos invita a tener tres actitudes frente al mal. RESISTIR, PONER EN EVIDENCIA y VENCER. En una sola palabra COMBATIR AL MAL en todas sus formas. ¿Alguien podrá encontrar citas bíblicas donde Dios nos invite a “negociar”, “tolerar”, “asimilar” o “transigir” con el mal? Eso sería imposible, ¿no es cierto?
En internet circula una figura ILUSA, donde Jesús y el enemigo están sentados en una mesa midiendo fuerzas brazo a brazo como si se tratara de una lucha “de igual a igual”. Personalmente yo creo que Dios es OMNIPOTENTE E INFINITAMENTE SUPERIOR al demonio, al que VENCIO DEFINITIVAMENTE con su muerte y resurrección. Si comenzamos a negociar un “alto al fuego” con el mal, tendremos dentro de muy poco a una sociedad llena de “males inevitables” a los cuales simplemente se les cambió de significado en la Real Academia de la Lengua Española y se les volvió “decentes” y hasta “convenientes” de un plumazo, perdiendo la perspectiva real de las cosas. ¡CUIDADO CON ELLO!