La noticia ya ha sido ampliamente difundida. Una monja italiana llamada Sor Cristina ha causado un verdadero revuelo por su participación en el reality “The Voice Italia”. Su voz espléndida y su carisma cautivaron a los cuatro jurados de dicho programa y a todos los espectadores. Ella pertenece a la Congregación de la Hermanas Ursulinas de Milán y a juzgar por la alegría de sus colegas que estaban con ella en el set de TV., cuenta con el apoyo de la Congregación para esta incursión en el mundo de la música comercial.
Esta vez quisiera recabar vuestras opiniones sobre esta noticia y sobre el tema de la incursión de los religiosos en el mundo de la música comercial. La historia nos regala ejemplos variados que van desde el trágico final de Sor Sonrisa (monja francesa de gran éxito en los años setenta, que lamentablemente cayó en depresión y suicidio el año 1985) hasta la vigente y exitosa experiencia del Padre Marcelo Rossi (sacerdote brasileño que ganó un Grammy a la música cristiana el 2002). La notoriedad que ha ganado la hermana en tan solo unos días de exposición mediática parece ser una increíble oportunidad para dar testimonio y evangelizar. Sin embargo, se conoce lo demandante que resulta este mundo de la música comercial y particularmente los “compromisos” que asume cada participante de estos realities con la producción del programa. Si su éxito mediático sigue creciendo (su innegable talento nos hace suponerlo), Dios no quiera que en algún momento la hagan escoger entre su vocación religiosa o una ascendente carrera musical.
La polémica ya está abierta en las redes. A la mayoría le emocionó que haya citado al Papa Francisco ante una pregunta de un jurado, pero otros ya la critican por hacer un saludo “rockero” con los dedos índice y meñique extendidos. Pero más que polémica lo que quisiera es que hagamos todos un ejercicio de discernimiento, ya que en la vida cotidiana frecuentemente suceden situaciones en las que no queda claro si se tratan de oportunidades generadas por la providencia de Dios o tentaciones que más bien vienen del otro lado. ¿Cómo actuar ante una disyuntiva así? Espero sus comentarios por favor.