¿Quién no tiene a un sacerdote como amigo personal o amigo de la familia? En mi caso personal (llevo casi 36 años sirviendo en la Iglesia) mis mejores amigos son sacerdotes y solemos recibir en casa a dos o tres curitas por mes, para desayunar o almorzar. Es por eso que me duele tanto que se generalice y se ponga bajo “sospecha” a todos los sacerdotes debido a los lamentables y vergonzosos casos de pederastia que se han producido en la Iglesia. ¿Debemos perder el respeto y toda credibilidad a toda la Policía Nacional en general, por los reiterados casos de corrupción de algunos de sus miembros?, ¿Hemos de retirar a nuestros hijos de todo colegio en el país, ante los casos de tocamientos indebidos de algunos profesores? ¿Deberíamos mirar con desconfianza a todos los jueces y tomar la justicia en nuestras manos, so pretexto de los casos de sobornos que se descubren en el Poder Judicial? Tanto el Papa Benedicto XVI como el actual Pontífice Francisco se han manifestado avergonzados y han pedido perdón por los casos de pederastia que se vienen descubriendo en la Iglesia, pero ello no debe hacernos olvidar a los muchos sacerdotes buenos y fieles que existen.
El año pasado, la providencia de Dios hizo que mi hijo Luis Enrique tuviera como trabajo de su facultad universitaria (él estudia Ciencias de la Comunicación) la realización de un vídeo que podía ser un documental, un cortometraje o un video musical. Para esta producción, los alumnos cuentan con el uso de los estudios y las cámaras de la Universidad. Aprovechamos para realizar el vídeo clip de la canción “Sonríanos padre, sonría” y el resultado del trabajo nos dejó satisfechos, no solo a nosotros sino también a los profesores de mi hijo quien junto a Evelyn Contreras (compañera suya) estuvieron a cargo de la realización del mismo y por supuesto aprobaron el curso.
Pienso que no puede ser mejor la ocasión para estrenar este videoclip, que la Canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, a través de quienes queremos extender nuestro homenaje a todos los buenos, fieles e incluso santos sacerdotes que tenemos en la Iglesia, en un tiempo donde hay quienes están interesados en resaltar solo los errores y pecados de la misma. Y es que la santidad desde el punto de vista de la fe, no consiste en ser “perfectos” en sí mismos, sino en vivir hasta el final luchando de corazón por alcanzar la perfección. Esto era lo que pedía Jesús cuando dijo. “Sean perfectos como es perfecto el Padre, que está en el cielo” (Mateo 5, 48). Para San Pablo, alcanzar el cielo y la salvación consiste en toda una “batalla” que había que librar hasta el final (1 Timoteo 6, 12) una “carrera” donde quién gana no es quien llega primero, sino quien persevera y resiste hasta el final (Filipenses 3, 12 – 16). Algunos se empeñan en descubrir y resalta errores, pecados o defectos en los mencionados papas y seguramente los podrán encontrar, pero ello no va en desmedro de la santidad que han alcanzado, según el Magisterio de la Iglesia. Fueron hombres, en cuyas vidas prevaleció abundantemente la virtud y la entrega, por lo que son un ejemplo a seguir para todos. Que esta ocasión feliz para nuestra Iglesia, se extienda a todos los buenos y fieles sacerdotes que permanecen en el anonimato, pero cuyas vidas son un verdadero testimonio de fe y virtud. Si conoces a algún buen cura, no dejes de orar por él y de paso compartirle esta canción a manera de homenaje y aliento.